Néstor Marcolín: “En la Línea 60 hay menos colectivos porque hay más choferes contagiados”

En tiempos de pandemia, viajar en colectivo se convirtió en un verdadero suplicio y los pasajeros aseguran que la Zona Norte no es la excepción. Capacidades completas, bajas frecuencias, demoras por controles y algún desubicado que pretende viajar sin barbijo son problemas habituales que deben padecer miles de usuarios que utilizan las distintas líneas de transporte público en la región.

En diálogo con ZonaNorteHoy, el delegado de la Línea 60 Néstor Marcolín, quien se encuentra recuperándose de Covid, repasó el estado de situación en la empresa Micro Ómnibus Norte S.A. (MONSA) y alertó por la falta de coches que circulan como producto de la gran cantidad de choferes contagiados por coronavirus y otros conductores que permanecen en aislamiento por pertenecer a grupos de riesgo. 

“Tenemos muchos compañeros con Covid a quienes sacaron de servicio. A eso sumale que si tuvieron algún contacto con otros compañeros, ellos también quedan aislados durante 14 días. Entonces con menos choferes disponibles hay menos unidades en circulación”, explicó Marcolín, quien detalló: “Por cada caso que aparece de Covid en la línea, suele haber 3 o 4 choferes que quedan desafectados por dos semanas”.

A dos semanas de las protestas que encabezaron en la avenida General Paz en reclamo de vacunas, el sindicalista remarcó que “la gran mayoría de los choferes seguimos esperando ser vacunados”. “Producto de todas las movilizaciones que hubo, desde el Gobierno nos prometieron que a todos los colectiveros nos iban a incluir en un plan de vacunación. Pero lo cierto es que hasta el momento no hay nada concreto ni oficial”, remarcó.  

En ese marco, Marcolín indicó que actualmente “la empresa no está tomando más choferes para ampliar y mejorar los servicios, como debería, sino que se arregla con los trabajadores que hay”. “Chofer que tiene Covid, colectivo que queda fuera de servicio. Si bien es cierto que cuando pasó la primera ola de Covid sumaron más servicios, actualmente no están funcionando todos los colectivos que deberían funcionar”, informó. 

En esa línea, sostuvo: “La empresa debería tomar más choferes y lanzar más servicios a la calle. Porque para eso se le están pagando los subsidios. Los sueldos de los trabajadores los está pagando el Estado, no lo pagan las empresas. Entonces las compañías no se pueden hacer los distraídos. Actualmente la línea tiene 312 colectivos y el Estado le paga el sueldo de 936 trabajadores. Y como la línea 60 tiene 970 choferes, la empresa se queja de que tiene que hacerse cargo de esos 40 excedentes”.

Y precisó: “Dentro de toda esa masa de laburantes hay 158 trabajadores entre choferes y mecánicos que están aislados porque son personas de riesgo. Esto significa que hay al menos 55 coches menos en la calle”.  Por otra parte, advirtió por el desgaste de los ómnibus al confirmar que “antes los coches daban una sola vuelta, mientras que ahora meten dos vueltas seguidas en su recorrido”.

En otro orden, Marcolín se refirió a las complicaciones que suelen sufrir los pasajeros debido a los protocolos vigentes: “Nosotros no podemos llevar más de 10 pasajeros parados en hora pico. Y en horario no pico, todos los pasajeros deben ir sentados”. Esto lleva a que muchos usuarios de la Línea 60 deban aguardar durante más de una hora para poder abordar una unidad que no esté colmada.

“Hay gran cantidad de laburantes, albañiles, empleadas domésticas que salen de los countrys a las 5 de la tarde. Y con esta disposición de que no pueden viajar parados muchos tienen que esperar horas en las paradas. La otra vez veníamos 4 colectivos, 3 de la 60 y uno de la 720. Y no había más lugar en ninguno de los 4 colectivos. ¿Sabés esa pobre gente cuánto tiempo tiene que volver esperar para poder subirse a un bondi?”, expresó.

En ese contexto, el delegado ejemplificó: “Si vos venís en plena hora pico, a las 6 de la tarde, en Panamericana y Márquez, viniendo de Capital para el lado de Provincia, ves la cola de gente que hay en esa parada y se te rompe el corazón”. “Hay muchísima gente que debe esperar mucho tiempo para poder subirse a un colectivo y poder volver a su casa”, lamentó el conductor.

Otro de los problemas que afecta el servicio son los minuciosos controles en Panamericana  para verificar que todos los pasajeros tengan permiso para viajar. “Son disposiciones del Gobierno que son correctas y que se tienen que cumplir pero eso no quita que generen muchas demoras a los usuarios. Todo el procedimiento termina retrasando mucho el servicio. Pero bueno, no queda otra”, analizó.

No obstante, no todos son problemas para los usuarios de la línea, sino que los choferes también deben sufrir la falta de tolerancia y padecer situaciones desagradables y violentas.

“El otro día un compañero le pidió a un pasajero que no llevaba barbijo que se lo coloque y como respuesta, esta persona se acercó, le pegó una piña en la nariz al chofer y le rompió toda la cara”, marcó el gremialista para citar un ejemplo. 

Pese a este tipo de escenas que lamentablemente suelen ser cotidianas en el Conurbano, Marcolín señaló: “Esta realidad no es fácil para nadie pero los pasajeros, en su gran mayoría, son muy comprensivos con la situación y saben adaptarse a la capacidad de los colectivos. Eso no quita que siempre hay algún desubicado que si no puede subir porque la capacidad está completa y termina insultando al colectivero”.