Efecto Whirlpool en Pilar: despidos, cierres y riesgo productivo entre pymes proveedoras tras el cierre de la planta
El cierre de la fábrica de lavarropas Whirlpool en el Parque Industrial de Pilar ya genera un fuerte impacto en su cadena de proveedores: Translog anunció 17 despidos y el cierre de sus operaciones, mientras que Novax anticipa recortes que ponen en riesgo 38 empleos. La crisis afecta a más de 220 trabajadores directos y amenaza a empresas logísticas y comercios locales.
La salida de Whirlpool del Parque Industrial Pilar no solo significó el despido de sus 220 empleados: también desató un efecto dominó entre las pymes proveedoras que dependían de la producción de la multinacional. En pocos días, dos empresas claves -Translog y Novax- anunciaron cierres, desvinculaciones y la paralización de líneas de trabajo. El impacto se expande a la logística, proveedores de piezas, transportistas y comercios locales, profundizando la crisis laboral y productiva en uno de los polos industriales más grandes del país.
Translog: cierre de operaciones y 17 despidos
La empresa logística Translog, instalada en Pilar desde 2022 exclusivamente para abastecer a Whirlpool, anunció el cierre de su centro de distribución y despidió a 17 de sus 20 trabajadores.
Translog manejaba un depósito de 15.000 m² donde circulaban hasta 80.000 piezas diarias, trasladadas desde la planta de Fátima hacia cadenas de electrodomésticos e hipermercados.
La actividad empezó a desmoronarse a mediados de año, cuando Whirlpool confirmó que el vínculo contractual tenía fecha límite. En agosto se despacharon los últimos equipos, mientras la multinacional avanzaba con la construcción de un centro de distribución propio de 45.000 m².
La firma intentó sostenerse con contratos temporales, pero ninguno logró reemplazar el volumen de trabajo que generaba su principal cliente. El viernes pasado se oficializaron las notificaciones de despido.
Novax: 38 puestos en riesgo por caída de producción
La fabricante de piezas plásticas Novax, otro eslabón clave de la cadena, enfrenta la posible pérdida de 38 empleos tras el cierre de una de sus líneas productivas.
Su presidente, Máximo Donzino, admitió que harán esfuerzos para reducir el impacto, pero reconoció que "sobra mucha gente" tras la decisión de Whirlpool de discontinuar la fabricación en el país.
La incertidumbre se extiende hacia otras empresas proveedoras del Parque Industrial, que ya advierten sobre la pérdida de contratos y la caída del consumo entre trabajadores despedidos.
Un efecto dominó que se amplía
Los casos de Translog y Novax se suman a una cadena de pymes que ven amenazada su continuidad tras perder a su cliente principal.
El impacto podría expandirse a:
- Transportistas, que reducían fletes ante el cierre de la logística central.
- Comercios locales, afectados por el derrumbe del consumo de cientos de familias vinculadas a Whirlpool y sus proveedores.
- Servicios tercerizados, como mantenimiento, seguridad, limpieza y metalúrgicas auxiliares.
El cierre de Whirlpool en Pilar: un final anticipado
La planta de Whirlpool había sido inaugurada en octubre de 2022 con tecnología de última generación y un ambicioso objetivo: producir 300.000 lavarropas al año y exportar el 70%.
Nada de eso ocurrió. La multinacional reconoció dos motivos principales para su salida:
- Altos costos argentinos, que impidieron competir en exportaciones.
- Apertura total de importaciones, que hizo desplomar los precios internos: en octubre, los lavarropas se vendieron 20% más baratos que un año atrás, según NielsenIQ.
La filial de Brasil -de la que depende la operación argentina- ordenó el cierre de la planta, el despido de sus 220 trabajadores directos y el abandono de la producción local para concentrarse en la importación de electrodomésticos.
El antecedente no es menor: la empresa ya había cerrado su planta de heladeras en San Luis en 2003.
Un panorama incierto para el tejido productivo de Pilar
El Parque Industrial de Pilar, uno de los más grandes de Sudamérica, atraviesa un momento crítico.
La pérdida de Whirlpool no solo implica la caída de una gran planta: arrastra empleos indirectos, afecta a proveedores que invirtieron para abastecerla y golpea de lleno a la economía local.
Las pymes del sector advierten que, si no aparecen nuevos contratos o medidas de alivio, el impacto podría escalar en las próximas semanas.









