El 91% de los hogares argentinos está endeudado: alerta por el uso masivo de tarjetas para gastos básicos
El economista Miguel Ponce advirtió que el endeudamiento familiar alcanza niveles históricos, con un impacto directo en la calidad de vida, el consumo y las posibilidades de ahorro. "Estamos camino a una crisis estructural sin movilidad social", aseguró.
La crisis económica en la Argentina ya no se mide solo en términos de inflación o recesión. Se vive en el supermercado, en los pagos con tarjeta y en la imposibilidad de ahorrar. Según el economista Miguel Ponce, el 91% de los hogares del país está endeudado, y en la mayoría de los casos, para cubrir gastos esenciales como alimentos.
"El problema se agudizó en los últimos meses y ya es una realidad generalizada", expresó durante una entrevista en el programa "Soy Casta", emitido por Bravo TV. En ese contexto, el uso de tarjetas de crédito se disparó, con cifras alarmantes: el 58% del consumo se realiza con plásticos, y más del 40% de los salarios se destinan al pago de deudas.
Ponce fue categórico al describir el fenómeno como una regresión económica y social. "Estamos ante un proceso de ‘peruanización': la gente trabaja para sobrevivir, pero ya no puede aspirar a mejorar su calidad de vida ni subir de clase social", explicó.
Deudas, intereses y un cambio de paradigma
Consultado sobre si los consumidores son conscientes de los intereses que aplican las tarjetas de crédito, el economista remarcó que la urgencia supera al conocimiento financiero. "Muchos saben que están pagando altos intereses, pero no tienen otra opción. Es una mezcla de necesidad y desconocimiento", afirmó.
Ponce también hizo foco en un cambio profundo en las aspiraciones de los jóvenes: "Antes, un recién graduado pensaba en alquilar, en independizarse, en ahorrar para un proyecto. Hoy la prioridad es llegar a fin de mes, quedarse en la casa familiar y evitar endeudarse más".
A esto se suma un fenómeno preocupante: la imposibilidad estructural del ahorro. "Estamos en un proceso donde no se puede guardar ni una parte mínima del ingreso. Que el Gobierno aliente a usar los ahorros que tenemos ‘debajo del colchón' es un síntoma de una economía al límite", advirtió.
Una deuda estructural que condiciona el futuro
El análisis de Ponce deja en evidencia un modelo económico en el que endeudarse ha dejado de ser una opción y se ha convertido en una necesidad estructural. "Ya no hablamos de créditos para invertir, sino de deuda para comer", señaló.
El endeudamiento familiar, sumado a la pérdida del poder adquisitivo, dibuja un escenario complejo y de largo plazo. Una realidad donde la urgencia cotidiana reemplazó a la planificación y donde las posibilidades de progreso se ven cada vez más lejanas.