Economía en recesión: septiembre confirmó la caída y las consultoras ajustan sus proyecciones para 2025
Tras un leve rebote en agosto, los primeros datos privados de septiembre muestran que la economía volvió a caer. Consultoras redujeron sus previsiones de crecimiento para 2025, que ahora rondan entre el 3,5% y el 3,8%.
La economía argentina no logra salir del terreno negativo. Luego de un pequeño repunte en agosto, los primeros indicadores privados anticipan que septiembre volvió a mostrar caída en la actividad, lo que confirma la recesión al acumular dos trimestres consecutivos de retroceso. Con este panorama, las consultoras redujeron sus proyecciones de crecimiento para 2025 y advierten que la recuperación será lenta y heterogénea.
Según la consultora Equilibra, en septiembre la economía retrocedió un 1% mensual, con un fuerte impacto en sectores como la industria automotriz, la metalurgia básica y la energía. Aunque el agro mostró un alza del 2,4%, no logró compensar la debilidad del resto de la actividad.
En términos trimestrales, se registró una contracción de 0,7%, lo que implica la segunda baja consecutiva tras la caída del 0,1% en el segundo trimestre de 2025, configurando formalmente un escenario recesivo.
Por su parte, Analytica estimó una caída del 0,3% en septiembre, mientras que Orlando Ferreres & Asociados informó que su Índice de Producción Industrial (IPI) se hundió 3% frente a agosto.
El panorama llevó a las consultoras a ajustar sus previsiones: Equilibra recortó la expectativa de expansión del PBI a 3,5% anual, mientras que LCG proyecta un crecimiento de apenas 3,8% para 2025. Ambas destacan que el impulso se sostiene principalmente en sectores puntuales como el agro, la minería y el petróleo, que difícilmente generen una mejora significativa en el empleo y los salarios.
En paralelo, la falta de estabilidad cambiaria, la volatilidad de las tasas de interés y la incertidumbre política siguen condicionando la inversión y el consumo. El bajo poder adquisitivo de los salarios reales y la caída de las ventas minoristas reflejan la fragilidad de la demanda interna.









