Reconocimiento a profesional jubilada de INTA Pionera en experiencias en fitopatología
La producción vegetal se enfrenta cada vez a desafíos más complejos para poder asegurar la provisión de alimentos, el cuidado del medio ambiente, y la salud productores y consumidores. En este entramado está el estudio de las enfermedades de las plantas y su manejo, con nuevos patógenos que acechan y condiciones ambientales que cambian. Actualmente los investigadores tratan de pronosticar escenarios futuros, utilizan imágenes satelitales para evaluar la sanidad de los cultivos y sofisticadas técnicas moleculares para estudiar la presencia de las enfermedades.
Éste y otros temas fueron abordados en el reciente congreso de la temática realizado en la ciudad atlántica y donde se homenajeó a Irma Mitidieri, pionera en estudiar algunos problemas fitopatológicos, como las primeras determinaciones en enfermedades de la soja o el control biológico. Viuda de otro pionero en sanidad vegetal, como Agustín Mitidieri, y madre de la actual responsable del área de fitopatología de la EEA San Pedro, Irma ha dejado marcas en la disciplina que han hecho que a casi 10 años de su retiro, fuera reconocida por los profesionales del Congreso.
Irma fue una adelantada en temas como control biológico, solarización, selección de cepas de Trichoderma para utilizarlas como biocontroladores. Cuando muy pocos fitopatólogos estudiaban la soja, hizo las primeras determinaciones de agentes causales de enfermedades que la afectaban En el área de influencia del INTA San Pedro estudió las enfermedades de hortalizas y frutales. Sus líneas de trabajo dejaron una impronta en la mirada hacia el manejo racional, el control integrado, el estudio de las condiciones predisponentes. Además, su legado se encuentra en la formación de recursos humanos en esta disciplina que actualmente trabajan en la actividad pública y privada.
Actualmente quien lidera las acciones de fitopatología en el INTA San Pedro es su hija, Mariel Mitidieri, Doctora en Ciencias Agropecuarias y que participó del Congreso con ponencias, y además tuvo la alegría de compartir el reconocimiento a su madre. “Presentamos un trabajo iniciado en el 2001 donde se realizaron tratamientos de biofumigación a un suelo infectado con nematodos y patógenos del suelo y demostramos que es posible mantener baja la población de estos microorganismos si se repite esta práctica cada dos años en primavera, que es un momento posible para el productor”, explicó Mariel. Además, explicó que presentaron los resultados de enayos para evaluar la posibilidad de usar Trichodermas para el control de enfermedades en duraznero, con distintas etapas de trabajo en el laboratorio y a campo. “Estas líneas de trabajo son una herencia del espíritu de trabajo que siempre inspiró Irma a la sección fitopatología de la Estación Experimental”, contó.
Bio de una fitopatóloga
Irma Martinengo de Mitidieri es Ingeniera Agrónoma, egresada de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata en 1967. Realizó el aprendizaje de la metodología fitopatológica en la Cátedra de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de La Plata, bajo la dirección de los profesores J.C. Linquist, J.M. Carranza y H.E. Alippi.
El año de su graduación se incorporó como técnica de la Estación Experimental Agropecuaria INTA de San Pedro donde se desempeñó como investigadora. Realizó cursos de perfeccionamiento con certificados en la Universidad Estatal de Oregon, Corvallis USA; Instituto Nacional de Ciencias Agrarias y del Medio Ambiente de Tsukuba, Japón; Instituto de Patología Vegetal de la Universidad de Bologna, Italia; Universidad de Guelph, Canadá; Universidad de California Davis; INIA de Zaragoza, España y en el Instituto de Patología Vegetal de la Universidad de Turín, Italia.
Se dedicó al diagnóstico, epidemiología y control de las enfermedades que afectan a cultivos hortícolas, frutícolas, soja y rosales, conduciendo planes y proyectos de investigación cuyos resultados dieron lugar a numerosas publicaciones en revistas nacionales y extranjeras. En particular, estuvo abocada al control biológico de fitopatógenos, solarización del suelo, manejo integrado de las enfermedades y patología de poscosecha.
Además fue asesora en el Programa Lenteja del Uruguay: Enfermedades causadas por hongos del suelo. Programa de Cooperación Técnica (CTPD) de FAO y es evaluadora de trabajos científicos y proyectos de investigación de varias Universidades Nacionales.
Trabajó con las principales empresas de agroquímicos, en convenios, para la realización de ensayos de prueba de eficacia de fungicidas. En 2001 se acogió al beneficio de la jubilación, aunque nunca dejó de estar vinculada a la actividad productiva de la zona.