Escobar

Los detenidos por narcomenudeo en Maschwitz niegan la acusación de narcotráfico

Un corredor automovilístico de Rally, su pareja y otro dos hombres negaron tener relación con la venta de drogas tras ser acusados de integrar una banda que fraccionaba, distribuía y comercializaba cocaína en la ciudad de Buenos Aires y en el conurbano bonaerense, y que operaba en la misma quinta de la localidad de Ingeniero Maschwitz donde en 2008 fue descubierto un laboratorio de drogas manejado por narcos mexicanos.

Fuentes judiciales informaron a Télam que el automovilista Gabriel Pressavento, campeón del Rally Federal en la categoría R2F, su pareja y otros dos cómplices más declararon en la causa y negaron los hechos.



El corredor le dijo al juez federal 2 de Morón, Jorge Rodríguez, que él, "no sabía de nada sobre la droga que estaba en la quinta" que ellos alquilaban en Ingeniero Maschwitz ni tampoco sabía que en ese lugar había una sótano y que ahí había estupefacientes.



En tanto que la pareja del corredor, llamada Mónica, negó el cargo en su contra sobre narcotráfico.



Mientras, otros dos hombres también negaron toda la acusación y dijeron que solo tenían drogas para el consumo personal.



La única sospechosa que recuperó la libertad fue una mujer detenida en el barrio porteño de Villa Lugano al quedar en claro que no daba todo el perfil de la persona buscada, añadieron los informantes consultados.



La causa fue dada a conocer el jueves tras 17 procedimientos, en los que se incautaron más de 11 kilos de cocaína, fueron ordenados por el juez Rodríguez, secretaria de Ignacio Calvi, tras una investigación de casi seis meses en la que también se descubrió que la organización, liderada por una pareja, usaba como "pantalla" para sus actividades un local de venta de alimentos y productos para mascotas ubicado a metros del Parque Rivadavia, en el barrio porteño de Caballito.



En los 17 allanamientos se apresó a cinco personas -tres hombres y dos mujeres-, pero los investigadores descubrieron que un sexto imputado que tenía orden de captura ya estaba detenido desde la semana pasada en Capital Federal, en el marco de otra causa por drogas.



Los operativos fueron realizados por detectives de la División Delitos Federales de la policía bonaerense, quienes secuestraron 11,5 kilos de cocaína y 900 envoltorios listos para ser comercializados, que estaban en un sótano de la quinta "El Rodeo", situada en Güemes al 900, de Ingeniero Maschwitz, partido bonaerense de Escobar, la misma donde en julio de 2008 fueron detenidos nueve mexicanos y un argentino que habían montado allí un laboratorio para elaborar drogas sintéticas con "efedrina".



Voceros judiciales confirmaron a Télam que si bien se trata de la misma quinta, no hay vínculo entre esta nueva causa donde la droga en cuestión es la cocaína, con aquel expediente del laboratorio de metanfetaminas que había montado en ese sitio el mexicano Jesús Martínez Espinoza y que terminó ligado al tráfico de efedrina y al triple crimen de General Rodríguez.



En el procedimiento realizado se hallaron allí más de 20 armas de distintos calibres, gran cantidad de teléfonos celulares, vehículos utilizados por la organización, documentación, 1.500.000 pesos y 5.000 dólares, detallaron los voceros.



La causa se inició en marzo pasado a raíz de una denuncia que realizó un informante con identidad reservada ante la Fiscalía Federal de Hurlingham, a cargo de Santiago Marquevich, en la que se señaló a un hombre identificado con el apodo de "Compi" como un vendedor al menudeo de cocaína que operaba en ese distrito del oeste del conurbano.



La información también revelaba que su proveedora era una mujer llamada "Mónica", que tenía un negocio de artículos para mascotas en Capital Federal.



Según la investigación, los líderes de la organización eran "Mónica" y "Gabriel", quienes no solo tenían domicilio en el barrio de Caballito, sino que sobre la calle Rosario al 100, a metros del Parque Rivadavia, la mujer tenía un local de venta de comida y artículos para perros y gatos llamado "Almacén para Mascotas" que, según confió una fuente de la investigación, "se utilizaba como pantalla para realizar entregas de estupefacientes en mediana escala".



De las observaciones encubiertas a ese local, la policía informó en la causa que una de las posibles maniobras empleadas por la banda para trasladar droga desde el comercio era en "cunas o cuchas para perros", según detalló una de las fuentes judiciales consultadas por Télam.



A metros de allí, también sobre la calle Rosario, pero a una cuadra de la tienda de mascotas, la organización tenía un galpón vinculado a una empresa de seguridad privada cuya gerente también era "Mónica" y desde donde también se acopiaba y distribuía la droga. Télam.


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