Preocupante aumento del consumo de ansiolíticos y fármacos para dormir en Argentina: alertan sobre los riesgos de la automedicación
Las ventas de hipnóticos y sedantes crecieron casi 7% en lo que va de 2025, según la Confederación Farmacéutica Argentina. Especialistas advierten por el uso sin control médico y sus consecuencias sobre la salud física y mental.
El consumo de medicamentos para dormir y reducir la ansiedad crece en la Argentina y genera preocupación en el ámbito sanitario. De acuerdo con datos de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), las ventas de hipnóticos y sedantes aumentaron 6,9% en los primeros cinco meses de 2025 respecto del año anterior, consolidando una tendencia que los especialistas vinculan con el estrés económico, la falta de descanso y la automedicación.
Más ventas y cambios en los hábitos de consumo
Entre enero y mayo de este año se comercializaron 1.525.985 unidades de fármacos para dormir, superando las cifras del mismo período de 2024.
Si bien los tranquilizantes mostraron una leve baja del 4%, su volumen de venta sigue siendo alto. Los productos con mayor crecimiento fueron zolpidem y sertralina, mientras que clonazepam y alprazolam registraron una leve retracción, reflejando un cambio en los patrones de consumo y prescripción médica.
Los expertos coinciden en que la automedicación y el uso no controlado explican parte de esta suba. "La automedicación se instaló como un hábito preocupante, y muchas personas acuden a fármacos para dormir sin un diagnóstico certero", advirtió el médico clínico Ramiro Heredia, del Hospital de Clínicas José de San Martín.
Falta de descanso y ansiedad en aumento
Según el Observatorio de Psicología Social de la UBA, el 60% de los argentinos declara tener dificultades para dormir, cifra que crece desde la pandemia. Las causas principales son el estrés económico, la inseguridad y la inestabilidad social, factores que afectan la calidad del sueño y la salud emocional.
"El grupo que más creció es el de quienes duermen menos horas, incluso sin padecer insomnio. Esa reducción del descanso tiene un impacto directo sobre la salud integral", explicó el psicólogo Cristian Garay, coautor del relevamiento.
El neumonólogo Facundo Nogueira, jefe del Laboratorio del Sueño del Hospital de Clínicas, advirtió que "la alteración en la cantidad y calidad del sueño aumenta el riesgo de enfermedades y disminuye la calidad de vida".
Las mujeres, los adultos mayores y los sectores de menores ingresos son los grupos más afectados por los trastornos del sueño.
Los riesgos de la automedicación y las recetas excesivas
El incremento en la venta de psicofármacos no siempre se debe a una prescripción adecuada. Muchos pacientes acceden a estos medicamentos por recomendación de terceros o sin control médico, exponiéndose a tolerancia, dependencia y efectos adversos.
"La indicación de ansiolíticos o hipnóticos debe hacerse tras una evaluación detallada. No todos los cuadros de insomnio requieren medicación", subrayó Heredia.
Según la COFA, el uso prolongado sin control multiplica el riesgo de adicción y de combinaciones peligrosas con alcohol u otros fármacos. Además, en muchos casos se recetan ansiolíticos cuando la evidencia internacional recomienda tratamientos no farmacológicos o el uso de antidepresivos en dosis bajas.
Alternativas terapéuticas y hábitos saludables
Los especialistas insisten en que los problemas de sueño deben abordarse con un enfoque integral.
Entre las recomendaciones figuran:
- Terapia cognitivo-conductual para controlar la ansiedad.
- Evitar el uso de pantallas antes de dormir.
- Mantener rutinas nocturnas regulares.
- Dormitorios oscuros, silenciosos y ventilados.
- Ejercicio físico diurno y evitar comidas pesadas en la noche.
"Dormir bien debería ser un derecho. Muchas dificultades se pueden aliviar manejando el estrés y la ansiedad sin necesidad de medicación", sostuvo Heredia.
Un desafío sanitario y social
El aumento en la venta de fármacos para dormir refleja un problema de salud pública. Los expertos reclaman campañas de concientización, controles más estrictos en la venta y mayor acceso a consultas médicas y psicológicas.
"El insomnio y la ansiedad son síntomas de una sociedad en tensión. Hay que trabajar sobre las causas estructurales: la incertidumbre, el estrés laboral y la falta de descanso real", coincidieron desde la COFA.
La creciente dependencia de psicofármacos, advierten los especialistas, conecta la crisis del sueño con los indicadores de bienestar y salud mental. En un contexto de inestabilidad económica y emocional, la prevención y el acompañamiento profesional se vuelven claves para evitar que la automedicación se transforme en un problema crónico.









